Revelando los secretos: cómo distinguir fácilmente los diamantes de laboratorio “falsos”

Los diamantes cultivados en laboratorio han ganado popularidad en los últimos años debido a su naturaleza ética y sostenible. Sin embargo, con el aumento de la demanda, el mercado también ha visto un aumento de diamantes de laboratorio “falsos”. Estas piedras sintéticas imitan la apariencia de diamantes reales cultivados en laboratorio, pero no se fabrican mediante el mismo proceso ni poseen la misma calidad. Si está buscando un diamante cultivado en laboratorio, es esencial saber cómo distinguir uno real de un diamante de laboratorio “falso”. En este artículo, revelaremos los secretos que le ayudarán a conseguir precisamente eso.

Comprender la diferencia: diamantes de laboratorio cultivados frente a diamantes de laboratorio falsos

Antes de profundizar en los detalles, es fundamental comprender la distinción entre un diamante real cultivado en laboratorio y un diamante de laboratorio “falso”. Los diamantes cultivados en laboratorio se crean en un laboratorio utilizando tecnología avanzada que replica el proceso natural de cultivo de diamantes. Tienen las mismas propiedades físicas, químicas y ópticas que los diamantes naturales, lo que los hace indistinguibles a simple vista. Por otro lado, los diamantes de laboratorio “falsos” suelen estar hechos de materiales como circonita cúbica o moissanita, que pueden parecer similares a un diamante cultivado en laboratorio pero carecen de las mismas propiedades y durabilidad.

Detectar las señales reveladoras

Para detectar un diamante de laboratorio “falso”, hay algunas características clave a las que debe prestar atención:

1. Precio: Los diamantes cultivados en laboratorio suelen tener un precio de descuento significativo en comparación con los diamantes naturales. Si una piedra se vende a un precio sospechosamente bajo, puede ser un indicador de que no se trata de un diamante auténtico cultivado en laboratorio.

2. Certificado: Los diamantes auténticos cultivados en laboratorio vienen con un certificado de clasificación emitido por un laboratorio gemológico acreditado. Este certificado verifica el origen, la calidad y la autenticidad del diamante. Asegúrese de solicitar el certificado antes de realizar una compra.

3. Brillo y fuego: los diamantes cultivados en laboratorio poseen el mismo brillo y fuego que los diamantes naturales. Sin embargo, los diamantes de laboratorio “falsos” fabricados con materiales como circonita cúbica o moissanita pueden exhibir un nivel diferente de brillo o fuego, lo que puede ser un indicio.

4. Peso: Los diamantes cultivados en laboratorio tienen el mismo peso que los diamantes naturales. Si una piedra parece más grande de lo que sugiere su peso en quilates, puede ser una pista de que no es un diamante genuino cultivado en laboratorio.

5. Durabilidad: Los diamantes cultivados en laboratorio son extremadamente duraderos y pueden soportar el desgaste normal. Los diamantes de laboratorio “falsos” fabricados con materiales como circonita cúbica o moissanita pueden rayarse o astillarse más fácilmente.

Consultando a un experto

Si aún no está seguro de la autenticidad de un diamante creado en laboratorio, siempre es una buena idea consultar a un experto. Un joyero o gemólogo de buena reputación puede examinar la piedra y brindarle una opinión imparcial. Tienen el conocimiento y las herramientas necesarios para diferenciar con precisión entre diamantes reales cultivados en laboratorio y diamantes de laboratorio “falsos”.

Conclusión

A medida que los diamantes cultivados en laboratorio continúan ganando popularidad, es esencial poder distinguir entre diamantes cultivados en laboratorio genuinos y diamantes de laboratorio “falsos”. Al comprender la diferencia, detectar los signos reveladores y buscar el consejo de un experto, podrá asegurarse de que está invirtiendo en un diamante cultivado en laboratorio de alta calidad. Recuerde pedir siempre un certificado de calificación y tenga cuidado con los precios sospechosamente bajos. Armado con este conocimiento, puede embarcarse con confianza en su viaje para encontrar el diamante cultivado en laboratorio perfecto.